Los progresos en la medicina veterinaria, el aumento de cuidados por parte del propietario y la tendencia a considerar a la mascota como un miembro más de la familia, han contribuido de manera importante al aumento de su esperanza de vida. Nuestros perros viven más y mejor y podemos disfrutar de ellos durante más tiempo. Al envejecer, los perros pueden volverse menos sociables, más sedentarios o manifestar una peor adaptación a los cambios.
Por lo general podemos considerar a un perro como anciano a partir de los siete años de edad. Los perros ancianos pueden manifestar un envejecimiento cerebral patológico que se conoce con el nombre de Síndrome de Disfunción Cognitiva (S.D.C.). Entre las causas que lo producen están la disminución del riego sanguíneo cerebral y la acción de los radicales libres.
El S.D.C. se manifiesta con:
• Alteraciones del sueño: duerme más de día y menos durante la noche.
• Pérdida de los hábitos higiénicos: incontinencia urinaria y fecal.
• Desorientación: no reconoce lugares conocidos o personas, deambula sin rumbo fijo.
• Actividad disminuida: no reclama atención, juega menos.
Si se detecta alguno de los síntomas anteriores es conveniente acudir a la clínica para una evaluación de la mascota. El diagnóstico del S.D.C. es el resultado de un esfuerzo conjunto entre veterinario y propietario. Una detección precoz permitirá iniciar un tratamiento más temprano y eficaz.
El S.D.C. es un proceso de envejecimiento y como tal no tiene cura. Sin embargo, podemos actuar de diferentes maneras para mejorar la calidad de vida de la mascota afectada:
• Mantener una rutina de actividades y horarios y variarla lo menos posible.
• Aumentar el número de salidas al exterior para evitar o minimizar los problemas de incontinencia.
• Ejercicio moderado.
• Dietas conteniendo sustancias antioxidantes.
• Tratamiento farmacológico para disminuir alguno de los síntomas, mejorando así la habilidad mental y retrasar el S.D.C. en esa mascota.