El comportamiento del perro tiene una parte innata y otra aprendida o adquirida.

Cuando hacemos referencia al comportamiento innato nos referimos al comportamiento que hereda genéticamente, que viene predeterminado ya antes de nacer, al igual que otras características como pueden ser el tamaño que alcanzará de adulto, color y longitud del pelo, etc. Por eso se puede hablar de un determinado carácter según la raza a la que pertenezca el animal: todos los que son de una misma raza poseen caracteres semejantes. Este tipo de comportamiento no tiene que ver con el ambiente en el que se desarrolla o las condiciones en las que vive y, aunque sean cambiantes, estos factores no lo influyen ni lo alteran. Ejemplos de comportamientos innatos serían la defensa de las crías que hace la madre, la defensa del territorio o la búsqueda de alimento.

Por el contrario, el comportamiento adquirido es el que el perro aprende a lo largo de la vida. En este caso, el ambiente, la educación y las experiencias son determinantes. El comportamiento adquirido puede modificarse a través de un aprendizaje adecuado. Se trata de un comportamiento individual que no afecta a toda la raza. La mayor cantidad de las pautas de comportamiento adquirido se aprenden en la etapa de cachorro. Un ejemplo de comportamiento adquirido sería el hecho de aprender a evacuar en determinados momentos (durante un paseo) o en un lugar concreto (en el jardín y no en el salón).

Algunos comportamientos innatos

El perro se comunica a través de las vocalizaciones, gestos y el lenguaje corporal para denotar sus emociones, deseos y relaciones sociales. Por ejemplo, el movimiento de la cola y dar brincos denota soledad, si muerde la correa es porque trata de imponer su autoridad, etc. Veamos algunos de sus comportamientos más habituales:

Lamer

El lamido va unido a la higiene corporal. También es una forma de identificación social dentro de la manada y sirve para establecer la jerarquía o subordinación dentro de la misma. El perro intentará lamer en muchas ocasiones atraído por la necesidad de contacto físico con respecto a los semejantes. La lengua del perro es la zona más sensible de su cuerpo, por lo que le proporcionará una gran intensidad de contacto. En el lenguaje del perro, lamer es una manera de anular las posibles respuestas agresivas de su superior.

Jadear

Jadear es un comportamiento común cuando un perro tiene miedo o está nervioso. También es la manera que tiene el perro de regular su temperatura. Abriendo la boca, sacando la lengua y manteniendo ésta húmeda, la evaporación se encarga del resto. La frecuencia de inhalar y exhalar el aire hace que esta regulación se efectúe más rápidamente.

Mover la cola

La cola del perro sirve para comunicar emociones fuertes y no necesariamente felicidad sino que también enojo, agitación o ira y en realidad, aprender a leer el movimiento de la cola de un perro puede ser toda una ciencia. Hay quienes señalan que estos movimientos ayudan al perro a liberar aromas desprendidas por las glándulas en el ano del mismo. Estos aromas tienen fines reproductivos y son una suerte de señalización que de algún modo, “marcan el territorio”, de forma similar a como lo hacen con la orina.

Sacudirse

¿Acabas de limpiarle las orejas a tu perro? Lo más probable es que se sacuda nada más terminar. Lo mismo ocurrirá después de una larga sesión de acicalamiento o cepillado, que es posible que tu mascota no aprecie tanto como tú. En general, cualquier proceso en el que exista mucho contacto, como la hora del baño por ejemplo, dará lugar a una vigorosa sacudida después de haber terminado.

Sacudir objetos o la comida

El lobo sacude su presa por la nuca para matarla, así como ciertas partes del cuerpo de su presa para desgarrarlas. Ante ciertos objetos, sobre todo si son ligeros y flexibles, el perro actúa como si fuera una presa.

Dar la pata

Muchos perros dan la pata sin que previamente se les haya reforzado esta conducta, por lo que es mas una petición a un dominante que un aprendizaje gracioso. Los cachorros al mamar presionan el vientre de la madre pidiendo que salga mas leche. Tras varias observaciones a perros se ha comprobado que este movimiento lo realizan ejemplares sumisos ante una petición a un ejemplar dominante. Las mascotas lo hacen para pedir algo, como juego o atención.

Aullar

Los perros se comunican básicamente con el ladrido, pero también aúllan como lobos, aunque mucho menos. La función del aullido en el lobo (aullido de grupo) es sincronizar y reunir a la manada para la acción. Los perros domésticos no tienen esa necesidad, llevan una vida tranquila, encuentran comida, protección y compañía sin el menor esfuerzo. No obstante, en algunos casos algunos perros pueden aullar. Ocurre cuando es separado a la fuerza del lugar que le es propio; en ese caso lanzan el aullido de soledad con idéntica función que el aullido de grupo. Si un perro aúlla con insistencia puede que se sienta solo; es su forma de llamar al resto.

Escarbar después de orinar

Al escarbar con vigor levantando tierra no pretenden ocultar sus deyecciones como los gatos, sino que desean añadir marcas visuales que señalen hacia la orina, que no es una simple evacuación de la vejiga, sino una autentica tarjeta de visita, la forma de marcar el territorio. No hay que prohibirle hacerlo, pues es absolutamente natural en los machos y en algunas hembras.

Husmear

El olfato es su sentido mas desarrollado y se podría decir que el perro ve el mundo a través de su nariz, o al menos lo interpreta. Además de tener mas células sensoriales en su nariz que nosotros, posee un segundo órgano olfativo en el paladar, detrás de los incisivos, que nosotros no tenemos. Si olfatea a su antojo aprenderá mejor el camino a casa.

Meter la cola entre las patas

Esta posición significa miedo, inseguridad, subordinación, etc. La causa es simple: al bajar la cola y curvarla hacia el interior, entre sus patas traseras, está eliminando la posibilidad de desprender ningún olor de su región anal. Equivale a la persona insegura que desvía la mirada.

Rascar en el suelo

Los perros encuentran frescor en verano y calor en invierno al excavar.

Dar vueltas en circulo antes de acostarse

Según algunos expertos en comportamiento animal, se trata de un gesto ancestral, una remota herencia del lobo que todos los canes domésticos actuales aún llevan dentro. Por una parte, el perro trata así de confirmar que no le ronda ningún peligro. Por otra, el giro podría servirle para acomodarse mejor en el terreno, hacer más confortable el espacio que va a ocupar y marcarlo ante otros miembros de la manada. No obstante, hoy va tomando mas fuerza la teoría de que es un simple ejercicio para adaptar su columna vertebral a la postura, enrollada en circulo, que suelen adoptar al dormir.

Perseguirse la cola

Puede parecer un juego, pero lo cierto es que la causa es, por lo general, una reacción ante condiciones antinaturales o aburridas. Es una pauta de conducta frecuente entre los perros que pasan mucho tiempo solos: podríamos decir que la cola se convierte en el mejor compañero o al menos en el único disponible. Esto seria una conducta repetitiva y estereotipada.